miércoles, 1 de abril de 2015

Etapa 1 De Santiago a Negreira

Hemos cumplido con éxito nuestra primera etapa Santiago-Negreira. La salida ha sido espectacular: con María preguntando "dónde paramos, donde paramos" para desayunar, y el Richi rompiendo un palo a los 20 metros de salir: bienn!. Dejamos la mochila de María para que el mochilero se hiciera cargo y a la rúa, camino de la Plaza del Obradoiro como punto de arranque de nuestra etapa. El marco, espectacular saliendo del Obradoiro. He tenido tiempo de realizar, a petición de mi compañero y sufridor Angel Arnau, una foto con la bufanda del
Sants (I Sants, I sants, Isants-isants-isants!!!) antes de comenzar etapa. salimos bien por a Rúa das Hortas y seguimos las indicaciones para llegar a una carballeira que da paso a un sendero entre muros que nos hace salir de Santiago. Se agradece volver a ver este verde gallego tan especial y un paisaje de diez. Esta senda de salida nos hace llegar a la primera aldea, Sarela da Baixo, primera de las muchas por las que hemos pasado hoy. Sin embargo, no conocíamos que sería la primera de muchas donde justamente por pasar por ella tienes que comerte (pisar) asfalto a montón. Quizás sea la etapa que más asfalto he pisado en todo el camino: de los 21 kilómetros que consta la distancia hasta Negreira quizás habremos pisado 3 o 4 kilómetros de tierra, el resto asfalto. Esto ha hecho sufrir más de la cuenta a nuestros pies. Ello no quita que entre eucaliptus y carballos, con el sonido de fondo de pajarillos de todo tipo, íbamos avanzando hacia las localidades siguientes. Nuestro objetivo de ir colocando nuestros consabidos sellos en la compostela, también se ha visto comprometido, por la ausencia de casas a nuestro paso y la constante de tener las iglesias cerradas. Aún con todo estoy contento, porque la experiencia es un grado, y vamos bien, con Chuqui al mando de las compostelas. Sobre el kilómetro 7,5 enfilábamos el "ataque" al Alto do Vento, ataque que ha sido más bien una decepción, porque hasta Richi se ha hecho un cigarrito para celebrar el alto: ni alto, ni vento, ni na de na (eso sí, sello). Un par de kilómetros después, dejábamos un vado medieval para enfilar el Alto de Mar de Ovellas, este más interesante, entre bosque, con desnivel, con piedras a tu paso: una cosa como dios manda, hombre!! Ya hacía bastante, que Chuqui y yo no estábamos en castellano normal, sino falando galego-valenciano, dialecto que hemos aprendido ya con los años y que nos acerca a parecernos cada vez más a los de Siniestro Total.
Tras pasar Carballo y Trasmonte, aparecía el puente medieval de Ponte Maceira, puente de leyenda que narra que el paso del cuerpo del santo por los discípulos y el desplome del mismo cuando pasaban los romanos persiguiéndolos (el rio Tambre, guarda el secreto). Hubiéramos parado a comer, pero ni un sitio donde comer nos ha hecho proseguir hasta la siguiente aldea, y a la siguiente, y ya puestos, al final de nuestro destino, en Negreira. Como resumen, la etapa es bonita, pero la señalización es bastante deficiente, máxime en una etapa de salida desde Santiago. Además ir por carretera hace perder una parte del
encando de esta terra, entre sus bosques y sus prados, que son un regalo a los sentidos.

1 comentario:

  1. Espero que este año llevés tres compostelas o credenciales .... porque ya sabemos lo que es el hazte con todos ... los sellos como los pokémon.

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