martes, 21 de abril de 2015

Fin del Camino 2015



El año pasado completé con Chuqui el recorrido del camino francés hasta Santiago de Compostela. Una buena gesta que desde luego nos acompañará siempre. Pero teníamos en la cabeza la idea de poder emular aquellos peregrinos que, completado el camino, seguían sus pasos hasta el Finis Terrae, el fin del mundo.  Durante muchos siglos fue el límite del mundo conocido, un lugar mágico y lleno de leyendas donde el ser humano no podía más que llegar pero no continuar. Y aunque Santiago fue el destino principal de los peregrinos, hay abundante documentación que recoge cómo parte de esos mismos caminantes, hacía por llegar al fin del mundo, contemplar cómo ese dios majestuoso llamado Sol se ponía día tras día en una ceremonia imposible de narrar. Celtas y romanos, viajeros conocidos como León de Rosmithal, Erich Lassota, el clérigo boloñés Doménico Laffi y vestigios conocidos como los antiguos hospitales de peregrinos que jalonaban esta ruta (el de la propia aldea de Hospital en Dumbría, los de Cee, Corcubión o  Fisterra) testimonian su llegada. En el libro III del Codex Calixtinus aparece la ciudad de Dugium - la actual Duio fisterrana - donde los discípulos piden permiso al prefecto, sin éxito, para enterrar el cuerpo de Santiago.
Parece, en vista de tanto vestigio, que algo podía quedar inacabado si no
hubiéramos podido completar este epílogo. Además, cómo íbamos a  renunciar a dejar nuestros sentidos sin la posibilidad de ver el mayestático océano! Tras kilómetros y kilómetros en nuestros pies, quién puede resistirse a ese regalo a los sentidos que supone contemplar ese azul oceánico, oir el rugir de las olas romper, contemplar el contraste con el verde galego de sus estribaciones, meditar qué deberían pensar aquellos primeros peregrinos cuando vieron seguramente por vez primera el océano, llenos de polvo y cansancio!. Es por ello que procedimos a planificar este Camino 2015 que nos ha llevado desde la única y sin par Santiago de Compostela al fin del mundo. Debo confesar de antemano y a posteriori cierta decepción debido a dos cuestiones menores para un amante del camino, pero decepciones al fin: primero en referencia al trazado escogido, ya que en ningún otro tramo del camino se había dado tal porcentaje de hollar tanto asfalto como aquí. Y entiendo que de forma gratuita, pues nuestros ojos eran testigos de recorridos profundamente gallegos y no tan urbanitas; segundo, por el poco esmero en la señalización, más que cuidado en otras tierras, y que no debe producirse ni en sacra o pagana terra galega. 

Por lo demás, hemos transitado por aldeas y parroquias, carballeiras y eucaliptus, bosques y ríos, cruzado puentes y descendido cimas, subido mares (el Mar da Ovellas), vivido amaneceres (Negreiroa) y puestas de sol (Fisterra), rodeado montes (el Monte Aro, por designio de su amo), disfrutado de la hospitalidad y del caldo y cocido galego (en Olveiroa), pasado por Hospital (la aldea a la que hacíamos referencia), recorrido la histórica Dumbría, fotografiado un hórreo de 27 metros (en San Martiño de Ozón), contemplado la bella iglesia románica de San Xulián de Moraime, mojado los pies –alguno- en Muxía (playa de Espiñeirido) tras llenar de emoción los sentidos al ver el Atlántico en nuestras retinas, ejercitado el sentido de la orientación (con las dobles fechas Fisterra-Muxía), pasado por el primer mójon de kilómetro 0 del camino, bailado y bebido en Fisterra –algunos-..…Fisterra! El fin!!, Cómo poder olvidar esa puesta de sol! Cómo poder olvidar el sentimiento de llegar, de completar una meta, una emoción, una agitación! Quemar alguna de nuestras pertenencias de caminante en ese rito purificador que nos acerca a nosotros mismos!

Hemos completado nuestro camino de este año con Richi y María, dos enormes personas. Sin duda para ellos ha sido especial: por vez primera se disponían a hacer parte del camino como caminantes de este proyecto -aunque María ya había hecho camino de Sarria a Santiago en otras condiciones-. No puedo más que agradecerles su compañía, su paciencia y disposición, pues no es fácil compartir ni es fácil someterse al conjunto. Pero además han aportado su forma de ser, su corazón y sacrifico, sus risas y pensamientos, enriqueciendo sin duda el camino y al resto con sus ocurrencias, su sabiduría y con momentos impagables. De Javier, no puedo más que mentarle y dejarlo ahí: me ha acompañado y hemos completado los dos el camino desde aquel lejano día en Saint Jean Pied de Port, estando a mi lado en todo momento. No tendría papel
suficiente para agradecer su esfuerzo, sacrificio, raciocinio, paciencia y estímulo. Es un hermano. Y como él comentaba en su entrada, no son muchas las ocasiones que tiene el ser humano de culminar aquel propósito que concibió. Y él y yo hemos logrado completarlo. Me basta haber compartido la puesta de sol en Fisterra tras tanto polvo en nuestras botas. 



Aquí dejo por fin el fin de este blog de nuestro camino francés. Lo iniciamos el 2011 como un atrevimiento, como una apuesta para conocer su influjo y su ascendiente. Lo dejamos aquí el 2015, tras más de 960 kilómetros en nuestros pies. Y como bien mentaba el encabezamiento de este blog, “algo de mí queda en el camino; algo del camino queda en mí”. 

 











Hasta pronto!! Buen camino.

domingo, 19 de abril de 2015

Fin del camino Fisterra



Los antiguos realizaban tres ritos de purificación: bañarse en el océano, para quitarse el polvo de todo el camino, limpiarse externa e internamente de los avatares y pensamientos; ver la puesta de sol, como el ir y el devenir, la muerte del astro y su nacimiento milagroso día tras día, como el levantarse del caminante, día tras día, y por último, quemar su ropa, un rito en que se deshace de todo lo material, un momento iniciático en donde da comienzo una nueva vida, dejando atrás con el fuego purificador todo lo dañino, todo lo pasado, todo lo enfermo, todo lo doliente. Junto al Faro, en las rocas que asoman al mar pueden verse indicios de pequeñas hogueras con restos carbonizados. Al atardecer podéis coincidir con algún peregrino que se encuentre reduciendo a cenizas parte de sus pertenencias. La tradición “obliga” a quemar alguna prenda de ropa que se haya vestido durante las etapas del camino como símbolo de la renovación interior que todo peregrino sufre en el Camino de Santiago. Se quema lo viejo para dar cabida a lo nuevo. 

          

Fin del camino 2015



Se ha acabado el Caminito 2015. Salimos de un lugar mítico, mágico, imponente, Santiago,  y llegamos a tocar el agua del Atlántico, a ver su luz, su matiz, su olor. A buscarle sin verlo desde las lomas galegas... Estoy seguro que a pesar de nuestras notas, nuestras imágenes, nuestras grabaciones y nuestros comentarios vertidos en el blog, no hemos sido capaces de hacer llegar la simpatía, la emoción, el cansancio, el pensamiento, el hastío a veces, que hemos pasado estos días recorriendo el camino.
Como ya saben aquellos que lo conocen, el camino, es mucho camino. He disfrutado como el resto de tramos el camino de este año. Y como cada año, me quedaré dentro me, muchos momentos vividos, muchos gestos de los compañeros, que, sin querer, demuestran qué bonita que es la vida. Quiero agradecer a Richi, a María y a Javier, haberme dejado compartir con ellos este trecho del camino. Un placer. Crecemos constantemente en este mundo que nos ha tocado vivir. Pero qué bueno es hacerlo con aquellos que aprecias y de quien puedes aprender! A sus pies!

jueves, 9 de abril de 2015

Etapa 5: Día de ocio en Rías Baixas

Tras una noche loca en la que Richi, María y Chuqui bailaron con la Orquesta maravillas -mis ampollas y cansancio me impedían nada más que mover el codo hasta la boca para saborear un gin-tonic (o dos)-, nos levantamos al día siguiente para gozar de nuestro organizado día de asueto y ocio tras nuestros 120 kilómetros y haber cumplido llegando al fin del mundo. Nos depedimos de Fisterra con un buen desayuno peregrino en un bar al lado del puerto y emprendimos marcha a nuestra primera parada, Santiago, donde nos esperaba el hermano de María. María había decidido pasar el día con la familia, a la que profesa un impresionante cariño -creo que totalmente correspondido-, así que su hermano se acercó a recogerla a la capital compostelana para llevarla a Teixeiro. Tras dejarla en tan buenas manos, emprendimos marcha hacia as Rías Baixas, destino.....ahhhh, ahí nos encontramos con las intratables señalizaciones galegas!!! Para donde voy? Vengo? Qué dice el rótulo? Pero..., cómo??. Sansenxo? Increíble. Habrá que llamar a Iker del cuarto milenio, porque hay cosas de dudosa explicación!. En cualquier caso, ahí estábamos en la carretera, pasamos por autovía y luego carretera, camino del sur, de nuestro marisco y albariño bien ganado. Ahí nos encontramos con Padrón en fiestas (cómo costó cruzarla!), pero fue una retención que nos haría gozar más tarde de nuestros destinos: Cambados (parada, fonda y albariño a la butxaca), O Grove (parrillada de marisco al buche!), A Toxa (breve paseo por la esquilmada isla) y Combarro (qué pueblo!!, precioso de lo más!). Al fin, sobre las ocho y media, vuelta desde Combarro a Santiago, cena con pulpo, pincho moruno, jamón asado, y cerveza a raudal, gin tónic final, traca y mocador!). 


Etapa 4: Faro de Finis Terrae y puesta de sol

Os dejo estas buenas imágenes que intentan, malamente, captar algo de lo que vivimos desde el Faro de Fisterra. Un lujo, oiga usted!

Etapa 4: Ascenso al Faro de Fisterra

En Fisterra, vivimos unos momentos inolvidables. Sólo llegar con el coche, me dirigí al albergue. Allí ya estaba en la puerta Javi esperando. Me acompañó a dejar la mochila y dentro estaba María descansando. Richi por su parte y tras alguna vuelta por el pueblo, se había marchado a ver la puesta de sol que según habían comentado los lugareños, era cosa digna de ver. Así que casi sin caer la mochila al suelo....ya estaba saliendo por la puerta!!. Hala! Desde las siete menos cuarto de pie, 30 kilómetros a ritmo de 5 km/hora, un autobus de tres horas y cuarto a Santiago, un viaje en coche de casi hora y media por carretera de Santiago a Fisterra, y ahora tres kilómetros andando de subida al Faro de Fisterra para ver la puesta de sol. Eso sí, con alegría!!. A la salida me acordé: "Osti, la bufanda del Sants!".
"Ya te la busco yo", me comenta Chuqui, y se va a buscarla. No se yo si hubiera vuelto por mis pasos, así que los del Infantil C del Sants ya sabéis que le debéis una caja de cervezas a Javier sin el cual no hubiera salido esta estupenda fotografía con la bufanda del Sants propieda de Angel Font al Faro del fin del mundo. Tras la subida de tres kilómetros a ritmo, llegamos al faro. Es uno de los momentos que guardaré con más emoción: tras más de 1.000 kilómetros a pie, veíamos el Atlántico desde un lugar mítico, azul, majestuoso, imponente!!. Rodeados de muchos caminantes y curiosos que esperaban el momento para contemplar un espectáculo de la naturaleza que es necesario vivir: la puesta de sol en Fisterra!!. Como el sol se oculta a su camita, como sin querer, como queriendo mostrarnos los matices de la vida, transformando poco a poco el horizonte azul
en un ténue y luego vivo naranja, mientras a nuestros pies el color del océano se convierte en mil tonos rugientes de alfombra viva: un lujo total para nuestros sentidos!. Buscamos posición, tras fotografiarnos con otro símbolo de la zona, la bota del peregrino, hecha de metal y bien fijada a una roca, y que es estampa contínua y símbolo de la llegada del peregrino tras su tenaz viaje. Gozamos como locos los tres (lástima no estuviera María) con aquella exposición. Richi se grabó un video fenomenal y luego comentaría en su entrada "Ya me puedo morir". No acabaría aquí nuestra aventura en el Faro. 

Etapa 4: de Fisterra a Santiago en bus tranvía

Tras nuestra llegada al "sprint" a Fisterra, el grupo se quedó en la localidad para descansar de tan sufrida etapa. Mientras la necesidad de ir a buscar el vehículo al punto inicial, me llevó a coger el autobús de Fisterra a Santiago que salía a las 15,00 horas: una auténtica paliza de nada más y nada menos que tres horas y cuarto para llegar a Santiago en el que el bus paraba en todos aquellos puntos que habían solicitado transporte, total para ir corriendo a buscar el coche y regresar por carretera a Fisterra (Ay, ay, ayay...., caaaantaa y no lloreessss, lalalala!!!). Eso sí, me vino bien para: a) ir trabajando las fotografías del día, escribir mi entrada, etc..., y b) conocer una serie de localidades de impagable estampa como Cee, Ameixenda, Carnota, Muros o Noia: un lujo para la vista que os dejo de forma resumida en las fotos que acompaño.


domingo, 5 de abril de 2015

Etapa 4: De Muxía a Fisterra. Anecdotario

Anecdotario Etapa 4:
1. Etapa especial que pide prisa: nos despertamos antes y decidimos desayunar en el Puerto de Muxía. Viento y gaviotas
y un fresquiño impagable.
2. Richi me da a pesar su mochila: cada etapa pesa menos. Me habla de logística inversa y no se qué puñetas, pero creo
que va llenando la del mochilero, o se ha ido desprendiendo de cosas.
3. Nuestra salida por la playa de Lourido es preciosa con el agua a un lado y la costa al otro.
4. Si días atrás la señalización era de pena, la de hoy es para matrícula: hay que ir mirando el suelo y fijarse en
unas dobles flechas pintadas en amarillo que señalan para un lado M (de Muxía) y F (de Fisterra) para el otro.
5. Tras pasar Guisamonde, hemos pasado por pista y un humo y cenizas en el ambiente, nos ha hecho detectar un fuego.
Un hidroavión ha hecho diversas pasadas a nuestro paso.
6. Mis pies van como van, tras agujerear también el pie izquierdo, pero van. María está con sus juanetes y alguna otra
dolencia, Chuqui con su sobrecarga en el tobillo salvado con ibuprofeno y pomadita y Richi con sus pies y uñas algo
tocados, pero bien: para ir al vietnam!
7. El ritmo a mitad de etapa era casi de 5 kilómetros hora (cuestión del bus). Tras entrar a Fisterra y aún con la
parada en Lires para coger viandas....casi se ha mantenido!
8. Me he ido a coger el bus solo porque Richi y María ya no podían más. Chuqui finalmente me ha buscado y acompañado
hasta que he salido de Fisterra, a las 15 horas. El bus tardará 3 horas y cuarto en llegar a Santiago, pero es lo que hay.
9. Me divierto mirando los pueblos costeros de la Costa da Morte y haciendo fotos para luego colgar: son pueblos
preciosos con casitas al lado del litoral y un azul intenso roto por tonos azulones y verdosos a veces. Ahora bien,
vaya inviernos se deben pasar!
10. No me encuentro las piernas, los pies encajados en las botas de montaña, la camiseta sudada y el pantalón sucio.
Me puede algo el esfuerzo de marcha de hoy, pero no puedo hacer más. Me espera de aquí a unas cinco y media o seis
horas, una ducha y, espero, un buen gin-tonic que creo merecido.
11. Haré cuando pueda una última entrada. Y la haré falando el galego-catalan-castellanoleonés, con el que hemos ido
bregando en estas etapas a modo de entretenimiento.
Fin

Etapa 4; De Muxía a Fisterra


Etapa 4: De Muxía a Fisterra

Finis Terrae!!. Cuántas historias, cuántas leyendas alrededor de este enclave! El fin del mundo! Durante siglos, sino milenios, ha sido su nombre mil veces llamado!!. Hasta aquí miles de almas han depositado su creencia, su cansancio, su deseo, sus ruegos, su esperanza. Un sitio mítico donde llegar, un sitio mítico donde creer. Qué estampa debía ser tras travesías de cientos o quizás más kilómetros, llegar al azul atlántico!!. Qué pasada! Un lugar especial, donde proceder al rito de la purificación,, donde quemar tus haraposas ropas, donde quemar en el fuego liberador tus anhelos y tus preces. Un lugar donde dejar algo de tí tras tanta vivencia. No me cabe duda que algo especial recorrería la sangre y los pensamientos de los peregrinos. Sientes algo especial que te llena y te emociona recordándoles.
Con la emoción especial de completar nuestro camino, aquel que iniciamos el 2011, empezábamos hoy la etapa. Y lo hacíamos desde otro punto especial, Muxía, que nos ha despedido con el viento y el fresco que le caracteriza, con el cantar de sus gaviotas, unas aguas siempre rugientes y un cielo abriéndose:im-presionante. Tras desayunar en el puerto de Muxía, hemos salido por la Playa de
Lourido, con sus bellas y blancas dunas. Un ascenso por asfalto y camino vecinal nos llevaba a coronar, tras paso por la aldea de Xurarantes, al Faro de Lourido, el punto más alto de la etapa. La etapa requiere cuidado con la señalización, ya que tiene señalizaciones dobles, de Muxía a Fisterra y de Fisterra a Muxía. Hemos pasado a un numeroso grupo de peregrinos portugueses que ya llevábamos viendo en otras jornadas. La etapa de hoy iba marcada también por la necesidad de completar los casi 30 kilómetros antes de las 14.45 horas, ya que he tenido que coger el bus de Fisterra a Santiago (lo estoy haciendo mientras escribo esta entrada) para recoger nuestro vehículo y volver a Fisterra con el resto del grupo. Aunque he pedido que los compis fueran a otro ritmo,
finalmente han tirado conmigo y hemos llegado a tiempo de cogerlo, aunque creo que con algún resquicio y cansancio lógico por el esfuerzo. En Lires, sobre los 14 kilómetros, hemos parado para que María descansara un poco y hemos aprovechado para coger los bocadillos de comer. Richi, ha decidido coger unas Estrella Galicia para acompañar, aprovechando que su mochila ha ido bajando de peso etapa a etapa y ahora parece la de la Señorita Pepis (dios sabrá a qué se dedica!). Tras remprender la marcha, he impuesto ritmo, porque cualquier parada me hacía perder el bus. Y eso que mis pies, con ampollas en cada uno, no están para muchos caprichos. Las señales nos han hecho despistarnos un par de ocasiones, aunque sin consecuencias porque los del lugar nos advertían, pero
da una idea de la dificultad para el peregrino, y lo absurdo de esta situación. Conforme se acercaban las aldeas, el atlántico se dejaba ver, pero a la vez se alejaba de nosotros, como retrasando el encuentro. Los rodeos, el asfalto y los caminos de interior, parecían impedir vernos. Tras otro par largo de horas y atravesar Castrexe, Suarriba, Hermedesuxo y Escaselas, llegábamos a San Martino de Duio, ya sin que nuestra vista dejase de ver al horizonte el océano. No lo hemos podido aguantar más, así que a puertas de Fisterra, Richi ha sacado su último cigarro, yo le he sacado de la mochila las tres Estrella Galicia (María estaba adelante hablando con otro peregrino), y hemos celebrado llegar a Fisterra, llegar al Fin del Mundo. Solo deciros que seguramente viendo las fotografías, se puede pensar que no hay para tanto, que hay sitios de costa tan o más bellos que éste. Puede que así sea. Pero nunca lo será para un peregrino,
para alguien que empezó allá en Saint Jean Pied de Port, cruzando los Pirineos, y atravesó la península para pisar el Obradoiro y, tras ello, llegar a tierras del dios Neptuno.
Buen camiño! Frederic

Fotografies Etapa 4: De Muxía a a-Fisterra


Etapa 4: De Muxia a Fisterra

Hola a todos,
Hoy hemos llegado a Finisterra, caminando  como siempre por estos campos con colores verdes de las tierras gallegas, con mucho sol y con un ritmo intenso, ritmo militar, para llegar con tiempo a la estación de autobuses de Fisterra, para conseguir traer nuestro coche con el fin de volver a Barcelona. Es espectacular caminar por estas tierras ya que disfrutan de una naturaleza embidiable.
Por otro lado,la etapa de hoy ha sido el final de ese intento de aventura que iniciamos unos amigos hace unos años con la intención conocer que significaba caminar por el camino de Santiago. Nos gustaba caminar y sobre todo compartir momentos unos con otros. En uno de estos momentos comentamos probar esta aventura, concretando probar a recorrer la etapa Sarria -Santiago de Compoastela. Probamos y nos capto, yo personalmente descubri que el camino tiene muchas interpretaciones,para mi significo conocerse mas uno mismo.Despues de valorar esa experencia
nos pusimos como reto completar el camino frances desde Roncesvalles y finalizandolo en Fisterra. Hoy 4 de Abril de 2015 podemos decir que hemos llegado. Quizas en la vida hay pocos momentos en los que uno puede decir que lo quería conseguir lo ha conseguido, este para mí es uno de esos momentos, llegar a Fisterra después de más de 1000 kilómetros, llegar al faro de fisterra ( fin del mundo) y quemar indumentaria del viaje. No quiero acabar sin hacer referencia a todos mis
compañeros de viaje en estos cinco años, porque todos ellos han contribuido a mejoralo. Por supuesto un agradecimiento especial a FREDERIC, ya que ha sido el corazon y el alma de esta aventura.
Espero que os animeis a intentar caminar algún tramo del camino,
Xavier

Etapa 4: De Muxía a Fisterra


Etapa 4: De Muxía a Fisterra


ACABAMOS EL CAMINO:
Hablar de paisajes iglesias cruceios va a SER QUE NO.
HOY HA SIDO ESPECTACULAR GRABAR EL OCASO DEL SOL. SIN PALABRAS,.YA ME PUEDO MORIR.ALGO IREPETIBLE.
hEMOS QUEMADO LO QUE HABIA QUE QUEMAR HA SIDO GLORIOSO IN EXCELSIS DEO, O ALGO ASI.
PERO DESPUES DE UN PEQUEÑO CABREO, HEMOS CENADO COMO DIOS, EL NO LO HABRIA HECHO MEJOR.
Y AL LADO DEL CENADOR HABIA FIESTA LO HEMOS PASADO DE LUJO (LO QUE PASA EN LAS VEGAS QUEDA
EN LAS VEGAS). HA SIDO UN FINAL DE CAMINO GLORIOSO.
YA NO ESCRIBO MAS SOLO DOS COSAS:
AGRADECER A FEDE Y A XAVIER COMO LO HAN ORGANIZADO TODO, Y A MARIA QUE HA PUESTO EL PUNTO GALLEGO, EN
TODAS SUS CONSECUENCIAS, LAS BUENAS Y LAS MALAS, Y NOS HA HECHO REIR. ES GRANDE LA CHavalilla esta.
agur: aupa MIRANDES.
RICARDO

viernes, 3 de abril de 2015

Etapa 4 final: De Muxía a Fisterra. Presentación


Etapa 3: De Olveiroa a Muxía

Bueno, amigos: he llegado a Muxía. Ya os conté que ayer me salieron dos ampollas. Tras el tratamiento gallego de Alma, la mejoría era palpable, pero en la mayor, no suficiente. Así que me he visto obligado a "operar": atravesar con aguja, dejar hilo para drenar...y a la calle. El camino es dolor, así que hay que apretar los dientes y para adelante.
Tras los primeros kilómetros, he visto que podía tirar, así que ya no he pensado hasta el final de etapa. Magnífico servicio de desayuno en el Albergue Hórreo de Olveiroa, que nos ha hecho coger el itinerario con ganas. El paisaje ha sido muy agradecido, ya quelos parajes del Monte Castelo y el río Hospital nos han alegrado vista y sentidos. Hemos ido ascendiendo tras un parque eólico hasta llegar al albergue de pregrinos de Dumbría, donde el capo de Inditex se ha dejado algún dinerillo. El asfalto y la nefasta señalización han seguido siendo tónica en todo el recorrido. Algún pase como en la aldea de Senande o en la pista que llega desde A Grixa a Quintans, es de nota: para perderse. Como somos un grupo aguerrido y todo nos da igual, hemos tirado para adelante, no sin contar con un buen alegato de Richi en video que podéis ver convenientemente. En Quintans hemos hecho parada y fonda con un menú de peregrino lleno de selecto producto gallego y colesterol: huevos fritos, patatas, chorizo gallego,bacon. Bien. Nos ha costado situarnos. Pero bien.
Tras un tramo algo pesado y un largo descenso, hemos llegado a Merexo: ya se olía a océano, ya se veía el Atlántico!!.. Que emoción. Todo ello ha compensado otros avatares. Es especialmente impresionante encontrarte con el influjo del Atlántico castigando tus sentidos. Nos hemos vuelto algo locos: todos tirando de cámara o móvil para captar la imagen que querías, pero que no puedes coger porque no puede contener tan bello momento.Aún así ya nos ha cambiado el semblante: Richi poseído por mojarse los pies en tan frías aguas, María por captar la imagen del azul marino, Chuqui oliendo la brisa y yo intentando
reflejar en la cámara lo que mis ojos veían. Tras pasar Os Muiños hemos ascendido hasta la iglesia románica de Sn Xulián de Moraime, donde por fin hemos podido sellar en un templo. Aquí se ha producido la anécdota de la jornada, ya que cuando le he pedido al párroco el sello para la credencial, Richi pensaba que era Rouco Varela y me decía: "Ostias, es Rouco, lo has visto?". cuando se lo he narrado a María le ha dado un ataque de risa que casi no puede continuar. El descenso hasta la Playa de Espiñeirido, con el baño de pies de Richi caminando por arena blanca, y la llegada a Muxía, ha sido un
episodio inenarrable. Hay que vivirlo. Un placer.
Frederic

Fotografies Etapa 3: De Olveiroa a Muxía


Etapa 3: De Olveiroa a Muxía

firts day:
Ha sido largo, divertido y agradable. Pese a que los comienzos amenazaban
con joderme el dia por un fuerte dolor en el pie derecho. Afortunadamnete
una pastillita de IBUPROFENO ha reducido la crisis. Hemos encontrado a la
salida paisajes agrestes y verdes jalonados por molinos de viento que
incrementaban el fuerte viento que hemos tenido que soportar. Con estos
mimbres hemos seguido la ruta de 33 kilometros y poco a poco han ido apareciendo
algún que otro cruceiro, Horreos Iglesias incluso un monasterio regentado por
gente cuyo menú debía estar confecionado a partir de hierbas de no muy buena prensa.
Por lo demás el desastre gállego: mala señalización del camino (indicaciones contradisctoras o nulas) y mucho fittilpandi por las vias de circulación en Galicia, sobre todo en carrteras intracomorcales ENN LAS QUE los Radares debe ser algo que se echa al cocido gallego, no los conoce ni sufre, ni Dios,.... como en Catalunya.
La fusión del monte con el mar ha sido espectacular paisajes de belleza insuperable
y un mar que nos ofrecia su gama de azules mezcladas con el blanco de las olas al romper.
Especialmente satisfactorio ha sido meter los pies escozidos por el cansancio en las
frias aguas del Atlantico. Curioso lo de las Catedrales,
hoy nos han sellado en dos, en una he creido ver al Rouco y en otra la de la virgen de la Barca, en ésta como se pueden
despilfarrar 700000€, en una iglesia que desgraciaamnte ardió en la Navidad de 2013, y no
contentar a nadie, salvo al contratista, digo yo.
MAÑANA MAS
Richi

Etapa 3: De Olveiroa a Muxía. Llegada al Atlántico


Etapa 3: De Olveiroa a Muxía

Hola, amigos
En nuestro tercer día de caminantes de Olveiroa a Muxia hemos vuelto a tener un
soleado día de primavera, no recuerdo que en aventuras anteriores en estas tierras
gallegas tuvieramos tres días seguidos sin lluvia. En el recorrido de hoy y debido
a que ayer se me cargo el tobillo, he sufrido en el recorrido. Como mi compañero
Ricardo a compartido conmigo que recurriendo al Ibuprofeno puedes aliviar los dolores,
he intentado no doperme, pero al final en nuestra parada de avituallamiento de Quintas
he recurrido al medicamento.De la etapa de hoy prodrímos destacar el contacto por
primera vez con las nuevas tonalidades de azules, ya que aparte del cielo hoy hemos
llegado al Oceano Atlántico.
Hasta la próxima,
Agur, Xavier.

Etapa 3: De Olveiroa a Muxía, María

Bueno, ya hemos llegado a Muxía. La llegada ha sido lo mejor. Porque solo ver esa paronámica del océano, esos tonos del mar, verde, otro verde, esmeralda... En ese momento se te olvidan todos los dolores..., pero luego vuelven. De hecho todo el tiempo veníamos pensando todos en ver el mar, porque como un alivio a los pesados tramos de asfalto que nos han destrozado los pies. Ni Salomon, ni Asics,... no hay zapatilla que resista la dureza de esos tramos. Vienes todo el rato pensando donde hay camino de tierra, y cuando ya lo encuentras se acaba pronto. Eso sí, los pocos que hay, lo típico de mi tierra: chousas llenas de carballos, eucaliptos...Nos paramos a comer, Yo pensaba que ellos tomarían un frugal bocadillo y yo el socorrido cafe con leche habitual. Pero hete aquí que se me despachan un ligero menú peregrino, austero, cuya composición era: dos huevos fritos de gallina de corral, un chorizo de esos que eran bien gordos, era un superchorizo, dos salchichas de frfankfurt que no pegaban, y unas cuantas tiras de panceta (bacon) y patatas fritas, muchas. Todo regado con una cerveza y de postre un cafetito para coger ánimos. Yo pedí entonces, un trozo de empanada de bonito. Tras ello remprendimos la marcha. Una marcha con ciertas consecuencias en función de las viandas antes mencionadas: dos subiditas, un eruptito.
Pudimos seguir incluso contentos descendiendo en busca del olor a salitre. Encontramos una iglesia abierta de donde salía el párroco y Frederic educadamente le dijo: "Padre,
necesitamos un sello". Y así fue.. Y seguimos subiendo. Richi reivindicó unas potentes
sanciones de tráfico para los conductores a 200 en las carreteras gallegas igual que en
cataluña,, abogando por buenas sanciones para estos desalmados que casi nos atropellan.
Yo cruzé corriendo.
Maña mais asfalto, mais vento, algun camiño e o fin da terra. O sea Fisterra.
MARÍA

Etapa 3. De Olveiroa a Muxía. Señalizaciones


jueves, 2 de abril de 2015

Etapa 3, de OLveiroa a Muxía


Etapa 2, de Negreira a OLveiroa

chuqui

Anecdotario Etapa 2, de Negreira a Olveiroa

Anecdotario Etapa 2:

1. Salida, A las 6,45 horas he levantado los ojos: todo en silencio...menos Richi, que
está ofreciéndonos un pequeño repertorio de ronquidos.
2. María dixit: "Tú también roncabas,, ejem, ejem!!" (ah, que daño hace la verdad!!)
3. Una japonesa ha querido ofrecerse al camarero del albergue donde hemos desayunado,
para acercarnos el cafe con leche. Respuesta del camarero: se la queda mirando como si le fuera a robar elproducto!
4. La salida a Negreiroa, espectacular: los amaneceres de aquí son de lujo.
5. María se tira a la carretera como una posesa. Resultado: tras constatar el resto del
grupo que quizás no íbamos bien, pregunta a un lugareño que estaba con as vacas
y marcha atrás.
6.Asfalto, asfalto,, asfalto: donde está a mia terra galega?
7. El que se ocupa de la señalización en estos tramos, o es de la ONCE o un bosquimano: A la presó!
8. En Santa Mariña, hemos parado a comer. Plato de macarrones de impresión con carne picada,
merluza con patata y ensalada, yogur i mencía: 8 euros. Crítica total al servicio regentado
por portugués casado con cubana (aunque mi estómago ha agradecido el tema).
9. Imagen impagable: Richi gritando en medio del monte a nadie: era la forma de ponerse en
comunicación con el dueño del monte que impide el paso a los peregrinos.
10. Llegamos al embalse de Fervenza y la guía nos advierte que no nos salgamos de la
carretera, veamos lo que veamos. El Chuqui, maría y Ricardo a pesar de advertirlo, deciden tirar por el camino equivocado. (me toca jurar en arameo).
11. Ultima parte de la etapa: todos están cansados, por lo que se tira como se puede-
12. No os enseño las ampollas, porque una de ellas no cabe en la pantalla!

Fotografies Etapa 2, de Negreira a Olveiroa

Etapa 2, de Negreira a Olveiroa


Bueno, bueno, bueno..... Lo que no me había pasado en 940 kilómetros, me ha pasado hoy:me ha salido una ampolla en cada pie, una de carácter reservado. Ya la había notado a unos 14 kilómetros de la llegada, así que ha ido haciendo su trabajo. Antes de "operar", estoy probando la solución "Alma": una cataplasma con gel frío y arcilla verde, remedio gallego. Ya os contaré. Si no, pienso operar: un peregrino tiene que saltar estos obstáculos, y no he llegado hasta aquí para abandonar. Como diría mi añorado Fernando Fernán Gémez: "A la mierda!".
Hemos salido de Negreira pronto, a las 8, con María y Ricardo jurando en hebreo porque no querían tanta prisa. Es lo que hay: seguro que tras la etapa que han vivido hoy, mañana querrán salir antes, ya que hemos llegado a las 17,30 horas tras una parada y fonda para comer en menú (Dios!!!, sacrilegio), que nos ha enfríado y hecho perder tiempo.
Nuestra salida de Negreira, ha sido espectacular: con un amanecer magnífico y cruzando un puente tras pasar el Pazo de Cotón, hemos subido por tramo boscoso a Negreiroa, el núcleo original. Muy bonito, de verdad. Después ya ha vuelto nuevamente el asfalto: este tema es importante. Creo que la Xunta y el Patronato se equivocan del todo haciendo transitar a los peregrinos por tanto asfalto, teniendo presente el magnífico paisaje gallego y las opciones que permiten sus bosques y montañas. El peregrino es sufrido, pero no está bien que no pueda gozar de un paisaje tan colorido y colorista como el gallego. Una pena. Otro tema es la señalización: es un comentario común de todos, los errores y la falta de cuidado en la señalización de mojones y flecha de guía en estos tramos vividos. Otro punto negativo que no se puede entender, ya que Galicia tiene el honor de ser la tierra de destino final del camino. Debe cuidarlo y seguro que todo lo relacionado con los peregrinos deja el suficiente dinero para que hubiera una correcta y cuidada señalización. Los pueblos y aldeas que hemos pasado en el recorrido de hoy, tenían una disposición similar con casas típicas del rural gallego con construcciones modernas a su lado. La María, como es habitual, ha protagonizado una de las anécdotas de la jornada: como cuando ya ha calentado el andar, no tiene rival, pero se lanza sin control, se ha pasado del camino, y si no lo advertimos, nos lleva a París. Un buen labrego galego nos ha señalado la ruta y hemos recuperado. Tras este susto y cabreados con la cantidad de asfalto recorrido hemos ido al asalto de Cornovo. Tras él, ya parecía que el buche llamaba ya a la puerta, así que en Santa Mariña, kilómetro 20, ha
tenido lugar la parada de vianda: no bocata, no. MENU!!!!. Como campeones! Ahora quizás, la decisión del lugar no ha sido todo lo acertada, pero por 8 euros (paisa, baratu,), hemos comido adecuadamente (como el progreso escolar). Tras dos horas de asiento y una botella de mencía....ponte a caminar bajo el sol!!. Pues ahí, al Atakeerrrr!!!. Para más inri, un hombre con tierras en la zona y pleito con la Xunta, ha bloqueado el acceso por el Monte Aro, por lo que jurando en arameo, nos ha hecho dar una vueltiña que me cago en....A más abundar, los compañeros de viaje al unísono, en llegando a un punto que ya
nos avisaba nuestra guía que no debíamos coger.... HAN DECIDIDO COGERLO! dando un rodeo estupendo que ha añadido más de 1,5 km. a la etapa. A Richi y María los paso por alto por novatos, pero al Chuqui....,, pa matarlo, tú. A estas alturas, ya mis ampollas (dos, oiga, dos) ya estaban en fase destroyer. No veía ni al apuntador. Cabeza gacha y pa´lante. Tras un camino que se ha hecho largo, hemos llegado a Olveiroa. Ya veremos mañá.
Frederic