domingo, 5 de abril de 2015

Etapa 4: De Muxía a Fisterra. Anecdotario

Anecdotario Etapa 4:
1. Etapa especial que pide prisa: nos despertamos antes y decidimos desayunar en el Puerto de Muxía. Viento y gaviotas
y un fresquiño impagable.
2. Richi me da a pesar su mochila: cada etapa pesa menos. Me habla de logística inversa y no se qué puñetas, pero creo
que va llenando la del mochilero, o se ha ido desprendiendo de cosas.
3. Nuestra salida por la playa de Lourido es preciosa con el agua a un lado y la costa al otro.
4. Si días atrás la señalización era de pena, la de hoy es para matrícula: hay que ir mirando el suelo y fijarse en
unas dobles flechas pintadas en amarillo que señalan para un lado M (de Muxía) y F (de Fisterra) para el otro.
5. Tras pasar Guisamonde, hemos pasado por pista y un humo y cenizas en el ambiente, nos ha hecho detectar un fuego.
Un hidroavión ha hecho diversas pasadas a nuestro paso.
6. Mis pies van como van, tras agujerear también el pie izquierdo, pero van. María está con sus juanetes y alguna otra
dolencia, Chuqui con su sobrecarga en el tobillo salvado con ibuprofeno y pomadita y Richi con sus pies y uñas algo
tocados, pero bien: para ir al vietnam!
7. El ritmo a mitad de etapa era casi de 5 kilómetros hora (cuestión del bus). Tras entrar a Fisterra y aún con la
parada en Lires para coger viandas....casi se ha mantenido!
8. Me he ido a coger el bus solo porque Richi y María ya no podían más. Chuqui finalmente me ha buscado y acompañado
hasta que he salido de Fisterra, a las 15 horas. El bus tardará 3 horas y cuarto en llegar a Santiago, pero es lo que hay.
9. Me divierto mirando los pueblos costeros de la Costa da Morte y haciendo fotos para luego colgar: son pueblos
preciosos con casitas al lado del litoral y un azul intenso roto por tonos azulones y verdosos a veces. Ahora bien,
vaya inviernos se deben pasar!
10. No me encuentro las piernas, los pies encajados en las botas de montaña, la camiseta sudada y el pantalón sucio.
Me puede algo el esfuerzo de marcha de hoy, pero no puedo hacer más. Me espera de aquí a unas cinco y media o seis
horas, una ducha y, espero, un buen gin-tonic que creo merecido.
11. Haré cuando pueda una última entrada. Y la haré falando el galego-catalan-castellanoleonés, con el que hemos ido
bregando en estas etapas a modo de entretenimiento.
Fin

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