Tras nuestra llegada al "sprint" a Fisterra, el grupo se quedó en la localidad para descansar de tan sufrida etapa. Mientras la necesidad de ir a buscar el vehículo al punto inicial, me llevó a coger el autobús de Fisterra a Santiago que salía a las 15,00 horas: una auténtica paliza de nada más y nada menos que tres horas y cuarto para llegar a Santiago en el que el bus paraba en todos aquellos puntos que habían solicitado transporte, total para ir corriendo a buscar el coche y regresar por carretera a Fisterra (Ay, ay, ayay...., caaaantaa y no lloreessss, lalalala!!!). Eso sí, me vino bien para: a) ir trabajando las fotografías del día, escribir mi entrada, etc..., y b) conocer una serie de localidades de impagable estampa como Cee, Ameixenda, Carnota, Muros o Noia: un lujo para la vista que os dejo de forma resumida en las fotos que acompaño.
Fin de trayecto, fin del camino. Fisterra!. Donde en tiempos los antiguos situaban el fin del mundo! Verde de la tierra gallega, gris de roca, marrón de polvo y tierra, azul de océano!.Color. Emoción. Novecientos sesenta kilómetros en nuestros pies. Peregrino. Polvo, lluvia, sufrimiento, paz. Gente, pueblos, introspección. Algo de mí queda en el camino; algo del camino, queda en mí. Quemaré en Fisterra parte de mí, parte de tí.
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